Hablar de cómo será la educación en el futuro,
es como tener un sueño futurista, o a lo mejor sonaría como una utopía, pero de
algo podemos estar seguro y es que a medida que van surgiendo nuevas tecnologías
de igual forma éstas están siendo adaptadas a los procesos de enseñanza y
aprendizaje.
Se cree que para las futuras generaciones los
maestros solo existirán como acompañantes del proceso, ya que los estudiantes serán
los propios protagonistas de sus aprendizajes, tomaran sus clases ajustados a
sus horarios, no los dispuestos por los centros educativos; al mismo tiempo, no
necesitarán cuadernos, ya que cada alumno llevará un dispositivo que él mismo
lo utilizará para el desarrollo de la clase, los apuntes en cuadernos no existirán
para ese entonces.
Las formas de aprendizajes serán múltiples y
variadas para cada estudiante. La construcción del conocimiento tendrá como
punto de partida el trabajo en red y de una manera colaborativa, es decir, el
conocimiento no solo lo tendrá un grupito, estará a disposición de todos sin
importar su estatus social, estos será lo de menos.
El futuro de la educación dependerá de los que atreviéndose
a lo inimaginable apostarán por lo imaginable, construyendo en el día a día el
presente con la mirada puesta en el futuro.
Imaginar una clase sería como abrir un
holograma para visualizar las galaxias, o un viaje a lo más profundo de los océanos,
o realizar mediante un software una simulación de una detonación de reactivos químicos,
o poder realizar la lectura del periódico tan solo dando un clic en un cristal
y con sólo deslizar el dedo y poder cambiar de hojas.
Los tiempos van cambiando y al mismo tiempo
avanzan, trayendo consigo un sinnúmero de posibilidades y oportunidades para
que las mismas sean utilizadas en beneficio y a favor de la educación, sólo nos
falta emprender el camino y salir de nuestra zona de confort y explorar el maravilloso
mundo de la tecnología que se avecina.
Ing.
Santiago Ovalles B.
Técnico
de Informática Educativa
Distrito
Educativo 11-01, Sosúa.